Pero espera y dale una oportunidad a esta pequeña y astuta joya de película.
Basado en el libro de no ficción del mismo nombre de Scott Murray y Simon Farnaby de 2010, “El fantasma del espacio abierto” se basa en una actuación fantástica de Rylance, quien, como lo hizo en el reciente thriller criminal “El traje”, trae la sensación de una vida vivida total y plenamente, una cuyos bordes y matices se extienden mucho más allá de lo que vemos y escuchamos en la pantalla. En cuanto a esas dos últimas cosas: el guión también es de Farnaby, escritor de la casi irracionalmente placentera “paddington 2”, y la dirección está a cargo de Craig Roberts, un joven actor convertido en cineasta cuyo currículum aún escaso (“Just Jim”, Eternal Beauty) desmiente su seguridad estilística y su compromiso con la verdad emocional.
Como si eso no fuera suficiente pedigrí, la siempre maravillosa Sally Hawkins interpreta a Jean Flitcroft, cuyo apoyo a los sueños imposibles de su esposo, que continúan mucho después de que Maurice publique una puntuación de 121, la peor jamás registrada en la historia del Abierto, contribuye poderosamente a una historia que en última instancia no se trata de golf en absoluto.
Familia, por un lado. Además de centrarse en la relación entre Maurice y Jean, “Phantom” incluye una trama secundaria que corre paralela a la de Maurice, quien aparentemente no puede dejar de participar en torneos de golf profesional, recurriendo a disfraces y seudónimos locos: Gene Paycheki, Gerald Hoppy y James Beau Jolley, entre otros, incluso después de haber sido excluidos de la competencia. Rhys Ifans interpreta a Keith Mackenzie, el oficial de golf presumido del Royal & Ancient Golf Club de St. Andrews, el hogar del Open, que se convierte en el némesis de facto de Maurice. Pero inteligentemente, la película no se detiene en toda la letanía de las estafas de Maurice.
Esa trama secundaria involucra a los hijos gemelos de Maurice, Gene y James, interpretados con enorme encanto, respectivamente, por los gemelos Christian y Jonah Lees. Gene y James son bailarines disco competitivos, y su búsqueda de lo que aman hacer, frente al ridículo, enriquece y profundiza la narrativa principal de Maurice. Hay otro hijo, Michael, interpretado por Jake Davies; es un pelele que se avergüenza de su padre hasta que… mira la película.
“The Phantom of the Open” no es una historia terriblemente profunda o incluso importante. Es el retrato de una persona que se convirtió en una nota a pie de página en los deportes, aunque su nombre se asoció con torneos de broma como el Ciervo primaveral de Flitcroftorganizado por la Club de campo de Blythefield en Grand Rapids, Michigan, y honrando a los jugadores con la puntuación más alta con divertidos premios. (Nota: una puntuación alta en golf es una malo cosa, como Jean se sorprende al aprender en la película.)
A pesar de su tema ligero, “Phantom” trata de algo más que un oscuro héroe popular británico (aunque también es eso). Es una historia sobre seguir tu pasión, no por las alturas a las que te llevará este camino, sino porque te hace feliz. “La práctica es el camino a la perfección”, dice constantemente Maurice en la película, con una ingenuidad más entrañable que molesta. Maurice nunca llega realmente allí, pero esta modesta película, tan astuta como su tema, se acerca.
PG-13. En los teatros de la zona. Contiene algo de lenguaje fuerte y humo. 106 minutos.